Pablo Contreras, coautor del Diccionario constitucional chileno, conductor del podcast Hoja en blanco y profesor de derecho constitucional de la Universidad Autónoma, es uno de los abogados que votará no solo por el Apruebo, sino que también por el mecanismo que deja fuera a los parlamentarios de la redacción de la Carta Fundamental.
Consultado por PAUTA, entrega tres razones por las que está por la alternativa de una Convención Constitucional:
1."La Convención Constitucional es un mecanismo representativo que no tiene ninguno de los vicios que tiene la Convención Mixta: sus miembros no van a tener la inhabilidad de un año para postularse a cargos de elección públicos, como sería el caso de los parlamentarios. Y eso significa que hay un problema de los incumbentes, porque los parlamentarios podrían estar redactando el texto con un interés que podría cruzarse y generar reglas que les puedan beneficiar a sí mismos".
2. "Al estar la Convención Mixta integrada por mitad parlamentarios y mitad convencionales constituyentes, significa que habrá 86 diputados o senadores que van a tener que repartir su ya ocupadísimo tiempo entre la redacción de la Constitución y el Congreso. Y hoy ya tenemos problemas de conseguir los cuórum para poder sesionar ya sea para comisiones investigadoras, interpelaciones, acuerdos o para aprobaciones de proyectos de ley".
"Además, si tienen que repartirse, eso significa que no van a dedicarse exclusivamente a redactar la Constitución, lo que afecta tanto al Congreso como a la Convención Mixta. En cambio, los integrantes de la Convención Constituyente van estar únicamente dedicados al texto de la futura Constitución. Y, a la vez, este mecanismo permite que no trabajen los actores que actualmente están haciendo la política contingente en el Congreso".
3. "También, la Convención Mixta genera un problema de incentivos cruzados. Porque si yo soy parlamentario de gobierno o de oposición, en el Congreso podría presionar, para uno u otro sector, para negociar una ley, un nombramiento o cualquier materia a cambio de un determinado resultado en el nuevo texto constitucional. Entonces, se juega en las dos canchas, lo que implica que ese parlamentario, en vez de dedicarse solo a pensar en cuál es la mejor Constitución, podría presionar para lograr resultados tanto en la política contingente como en los textos de la futura Constitución".